Criando a un niño alebrije: trastorno negativista desafiante.

¡Hola! Mi nombre es Nuri. Soy traductora de profesión, creativa por pasión y tengo dos hijos varones (adolescentes ambos), el mayor con trastorno negativista desafiante o trastorno oposicionista desafiante (TOD) u ODD, por sus siglas en inglés, diagnosticado recientemente.

Déjame decirte antes que nada que no soy profesional. Quiero decir que no me dedico a la salud mental ni nada. Soy sólo una mamá que ha tenido que aprender a punta de golpes (durante muchos años, sola), de qué se trata este trastorno, sin tener un nombre para él, hasta hace un par de meses apenas.

Decidí iniciar este blog, en parte porque ya lo traía en la mente desde hace algunos años y en parte a sugerencia de nuestro terapeuta, para compartir mi experiencia con otras mamás (principalmente, pero papás, abuelos, tíos y hasta maestros, también) que hayan tenido la fortuna de tener un niño alebrije en sus vidas y que se sientan tan solas y desconcertadas en este viaje como yo.

¿Por qué les digo niños alebrije?

No creas que pretendo insultar; ¡al contrario! Nuestros niños son una mezcla tan opuesta, contradictoria, que no se me ocurre un nombre mejor: son criaturas tiernas, sensibles, inteligentes, maravillosas, más necesitadas de amor que nadie, pero tienen también un lado terrible y aterrador, que es algo así como un Gremlin o un Dr. Jekyl/Mr. Hyde. Prefiero, pues, en lugar de pensar en mi hijo como monstruo (¡¡que sin duda a veces parece!!), pensar en él como criatura mágica, colorida y única. Quisiera invitarte a verlo así, con un poco de humor, de ironía tal vez, pero sin duda, con esperanza.

El nombre surgió a raíz de uno de mis hobbies (tejer muñecos a ganchillo o amigurumi), cuando una amiga me sugirió hacer alebrijes para vender. Me dejó la idea dando vueltas en la cabeza y, cuando decidí escribir sobre mi pequeño desafiante, se me ocurrió describirlo así. Si bien cada persona es única y todos los niños tienen algo de mágico, estos niños producen en nosotros emociones tan intensas que, si eres como yo, ¡seguro más de una vez has querido salir corriendo y no volver más!

Comparte conmigo la aventura

En estas páginas, iré contándote mi recorrido, recordando etapas y eventos pasados y actualizándote sobre los avances que vayamos logrando. Entiendo que el caso de mi hijo no es uno extremo, en términos profesionales, pero a mí me ha hecho conocer el mismísimo infierno en la tierra.

También iré creando un acervo de recursos que puedan servirle a quien los necesite; recursos para cuidarte tú, para lidiar con tu pequeño alebrije, para informarte, para animarte... quizá recomendaciones de profesionales en distintas partes de México o del mundo que puedan ayudar a otras familias a salir de la pesadilla. Me gustaría hacer de este trastorno algo más conocido y mejor tratado para que nuestros hijos (¡¡y sus pobres familias desesperadas!!) no sufran tanto.

¡Cualquier parecido con cómo se siente ser mamá de un alebrije es mera coincidencia!

Confío en que, juntas, logremos encontrarle el humor a una situación que puede ¡y es! muchas veces algo salido de una historia de terror.

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¡Gracias por visitarme!